Esta semana, y con motivo del Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto que es el 27 de enero, queremos visibilizar a todas aquellas mujeres, madres e hijas, abuelas, hermanas y tías, que sufrieron en los campos de concentración nazi.
Mujeres que vieron cambiar irrevocablemente su vida, tanto judías como no judías, eran a menudo sujetas por los nazis a una persecución única y brutal. Algunos campos y ciertas áreas dentro de los campos de concentración eran designados específicamente para mujeres. En mayo de 1939, los nazis abrieron el campo de Ravensbrück, el campo de concentración más grande creado para mujeres. Otro campo de mujeres fue creado en Auschwitz y otro en Bergen-Belsen.
Las mujeres, especialmente aquellas que tenían niñas/os pequeñas/os, eran a menudo las primeras en ser “seleccionadas” para gaseamiento en los campos de exterminio.En los ghettos y los campos, los nazis detenían mujeres para realizar trabajos forzados. Los médicos nazis a menudo usaban a las mujeres judías y gitanas para experimentos de esterilización y otros experimentos humanos inmorales. En los campos y los ghettos, las mujeres eran particularmente vulnerables al acoso y la violación. Las mujeres judías embarazadas a menudo trataban de ocultar sus embarazos o eran forzadas a hacer abortos.
En especial, queremos recordar a todas aquellas mujeres que fueron marcadas con el triángulo negro ▼ invertido.
Este triángulo negro, que es muy significativo para nuestra asociación, ya que es parte de nuestro logo, procede del sistema de marcaje de prisioneros y prisioneras de los campos de concentración nazi.
Los triángulos estaban hechos de tela y se cosían sobre las chaquetas y camisas de las prisioneras y los prisioneros. Estas marcas eran obligatorias y tenían colores y significados concretos que servían para distinguir las razones por las que la prisionera/o había sido ingresada/o en el campo.
El triángulo negro ▼ invertido era principalmente para mujeres asociales, lesbianas, prostitutas, feministas y, en general, las mujeres que no se apegaban al modelo de “reproductora de la “raza pura” alemana”. Se les asignó el triangulo negro invertido a las lesbianas puesto que a diferencia de los hombres homosexuales, según los perpetradores del sistema Nacionalsocialista, “no era posible identificarlas”.
Sin embargo, a pesar de los horrendos actos de discriminación, privación y crueldad, siempre encontraron una manera de levantarse contra quienes las perseguían. Se sumaron a la resistencia, rescataron a quienes estaban en peligro, introdujeron alimentos de contrabando en los guetos e hicieron enormes sacrificios para mantener con vida a sus hijas e hijos.
Su valor todavía nos sigue inspirando.