Con motivo del estreno del Documental por el derecho a decidir “El Tren de la Libertad”, Kódigo Malva os acerca a la primera ministra de la II Repúblicaque realizó un proyecto de ley del aborto,
Política, escritora, sindicalista anarquista y revolucionaria. Con solo 16 años, publica su primera novela corta, titulada Horas Trágicas y decide ingresar en la CNT. Empieza a colaborar en Solidaridad obrera y se hace cargo de La Revista Blanca, que se publicará hasta 1936.
En noviembre de 1936 es nombrada ministra de Sanidad y Asistencia Social del gobierno de la República, cargo que acepta a pesar de su declarado antigubernamentalismo y las dudas iniciales; considera que la situación lo justifica completamente. Ilusionada, acomete su labor de ministra con la pasión y el arrojo que la caracterizan.Se convierte así en la primera mujer ministra de España y la Europa Occidental.
Su efectiva labor en el gobierno se vio limitada por la escasa duración de su mandato como Ministra que sólo duró seis meses. Pero en ese corto espacio de tiempo su contribución a la mejora de la salud pública y a la consecución de los derechos de las mujeres en España marca un hito histórico. Planeó lugares de acogida para la infancia, comedores para embarazadas, liberatorios sexuales de la prostitución, centros donde las prostitutas podían alojarse y aprender un oficio, manteniendo paralelamente abiertos los prostíbulos, consecuente con sus ideas; también una lista de profesiones a ejercer por personas con discapacidad y el primer proyecto de Ley del aborto en España. De los lugares para la infancia, en nada parecidos a los deprimentes orfanatos existentes por entonces, solo se pudo abrir uno cerca de Valencia. Tampoco hubo tiempo de que llegase a funcionar más de uno de los comedores para embarazadas en los que se velaba por una completa alimentación. Ninguno de sus otros proyectos llegó a ejecutarse, y así su proyecto de ley del aborto, a la que se opusieron otros ministros del gobierno, quedó arrumbado tras su salida del gobierno. Tras la salida de este, opinó que a través del gobierno no se puede hacer ningún cambio profundo social, siendo el único camino posible la revolución libertaria.
Se exilia en Francia en febrero de 1939, cuando la victoria de Franco es prácticamente un hecho, y será recluida dos años después en la cárcel de Limoges. El Gobierno franquista reclama su extradición pero la Corte de Apelación de Vichy deniega la petición. El embarazo de su tercera hija, Blanca, la salva de una muerte segura. Pocos días antes habían sido fusilados algunos compañeros.Al término de la Segunda Guerra Mundial, se instala definitivamente junto a su familia en Toulouse. Allí desempeñará el cargo de redactora jefe del semanario L’Espoir.
“Y para la gran masa de mujeres trabajadoras, ¿cuánta independencia se gana si la estrechez y falta de libertad del hogar es reemplazada por la estrechez y falta de libertad de la fábrica, las tiendas o la oficina?… ¡Gloriosa independencia!”.
Federica Monstseny
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