Esta semana dedicamos nuestro artículo al reconocimiento de Mujeres en la Historia a las Parteras. Mujeres profesionales de la salud que brindan cuidados primarios a otras mujeres durante su embarazo, trabajo de parto y puerperio; y provee atención para la madre y su bebé promoviendo el vínculo entre ellos/as.
La ONU ha declarado cada 5 de mayo de cada año, el Día Internacional de la Partera. Celebrando así el trabajo de las parteras en la contribución al nacimiento y al bienestar de las madres y sus bebes de todo el mundo. La incansable labor de las parteras es también un paso crucial hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) para el año 2015 y más allá.
Las parteras hacen mucho más que traer bebés al mundo, son profesionales de la salud. La OMS las propone como profesionales idóneas y expertas en embarazo, parto, posparto y recién nacido/a normales. Registran los mejores resultados perinatales (menor cantidad de cesáreas, de episiotomías, de forceps, de mortalidad materna y neonatal, más partos normales, más partos después de cesáreas, más satisfacción de la maternidad, lactancias mejores y más duraderas, entre otros); y son parte de la comunidad y de la historia de las mujeres. Además ellas ofrecen una amplia gama de asistencia en situaciones de emergencia humanitaria. Y entrenan y supervisan a profesionales sanitarios de la comunidad para proporcionar información sobre la salud y promover prácticas más seguras.
Prestan asimismo otros servicios de salud reproductiva y planificación de la familia. Es importante destacar que las parteras son claves para asegurar el acceso universal a la planificación familiar voluntaria. Esto por sí solo podría ayudar a prevenir 87 millones de embarazos no deseados que muchos de las cuales trascienden en abortos inseguros en países en desarrollo y cerca de un tercio de todas las muertes maternas. Unos 222 millones de mujeres desean retrasar o evitar los embarazos, pero carecen de los medios modernos para hacerlo. El asesoramiento de las parteras es fundamental para el empoderamiento de las parejas jóvenes y de las mujeres para poder tomar sus propias decisiones con respecto a la maternidad.
El acceso a la atención de salud de buena calidad es un derecho humano básico. A pesar de ello, casi 40 millones de mujeres dan a luz sin atención calificada, aumentando el riesgo de muerte e incapacidad de la madre y recién nacido/a. El mundo necesita parteras ahora más que nunca. La inversión en la formación de parteras puede ayudar a evitar un número significativo de las casi 290.000 muertes maternas y los tres millones de muertes de recién nacidos/as que se registran todos los años por falta de profesionales de la salud calificados y reglamentados y de instalaciones adecuadas.
Por ello, la Organización de las Naciones Unidas expresó que la ICM (Confederación Internacional de Matronas) y el UNFPA (Fondo de Población de las Naciones Unidas), confirman su compromiso de colaborar para mejorar el nivel de capacitación, reglamentación, estatuto profesional y condiciones de trabajo de las parteras en las comunidades.
“Las mujeres siempre han sido sanadoras. Ellas fueron las primeras médicas y anatomistas de la historia occidental. Sabían procurar abortos y actuaban como enfermeras y consejeras. Las mujeres fueron las primeras farmacólogas con sus cultivos de hierbas medicinales, los secretos de cuyo uso se transmitían de unas a otras. Y fueron también parteras que iban de casa en casa y de pueblo en pueblo. Durante siglos las mujeres fueron médicas sin título; excluidas de los libros y de la ciencia oficial. Se transmitían sus experiencias entre vecinas o de madre a hija. La gente del pueblo las llamaba “mujeres sabias”, aunque para las autoridades eran brujas o charlatanas. La medicina forma parte de nuestra herencia de mujeres”.
Barbara Ehrenreich
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