Hoy, siendo el día Internacional de los Derechos Humanos Kódigo Malva, en su espacio en Facebook para el reconocimiento de las mujeres, quiere rendir homenaje a un hombre feminista que luchó y reivindicó junto a ellas los derechos de las mujeres. Hablamos de JAVIER CAPOTE.
Aunque ninguna categorización le gustara mucho, Javier fue una persona feminista convencida y coherente. No sólo porque quiso formarse y estuvo atento a aprender la manera feminista de entender el mundo sino, sobre todo, porque ese aprendizaje lo llevó a su vida y a su realidad más profunda. En él se hacía real ese “lo personal es político” y también a la inversa “lo político es personal”.
Miembro de asociaciones como Ecologistas en Acción y CNT, al final de su trayectoria trabajó intensamente acompañando a las trabajadoras del sexo del Puerto de Santa María desde el área de prostitución de la APDH-A. Desde esta área, luchó contra las Ordenanzas Incívicas que puso en marcha el Ayuntamiento del Puerto y que condenaban a estas mujeres a la invisibilidad y mayor vulnerabilidad en el desarrollo de su trabajo. Promovió y participó en las movilizaciones que condenaban dichas ordenanzas y, cuando, a pesar de la lucha, se terminaron promulgando, acompañó a las trabajadoras en los recursos que hacían frente a las multas y en las reuniones que mantuvieron con el Ayuntamiento para intentar mejorar sus condiciones de trabajo y su vida. Y las acompañó porque sabía que la mejor manera de promover el cambio pasaba porque cada uno se hiciera dueño de su propio destino. Sabía y comprendía lo que era la vulnerabilidad de las personas y, lo más importante, creía firmemente en la fuerza que nace de esta vulnerabilidad.
También creía firmemente en la interdependencia, otro valor feminista, por eso siempre trató de que los equipos funcionaran por lo que alentó la formación y consolidación de grupos humanos tan especiales como el “Club de lectura feminista de APDH-A” o la “Asamblea Feminista del Puerto: Las Tres Rosas”.
Nunca lo venció el desaliento y, con el cambio de gobierno municipal, siguió trabajando para conseguir la derogación de las Ordenanzas injustas que perseguían más a las personas que a sus conductas.
En este contexto, nos dejó, con mucho trabajo por hacer aún pero con el recuerdo de su lucha como motor de la nuestra. GRACIAS COMPAÑERO. Tu feminismo tranquilo y real siempre al lado de las personas que más sufren nos alumbra el camino.