Arantxa Urretabizkaia (Donostia- San Sebastián, 1947).
En 1970 tradujo la obra de Afrika iraultzaren alde de Frantz Fanon en colaboración con Ibon Sarasola. En 1971 tradujo a M. Doben Sozialismoaren frogantzak. En 1972 publica San Pedro bezperaren ondoak y en 1979 Zergatik Pampox, novela que la convirtió en una de las primeras figuras de la narrativa vasca de la postguerra. En 1981 ganó el X concurso de cuentos Premio Ignacio Aldecoa de la Diputación alavesa con Baina ez egunero. Le siguieron Maitasunaren magalean (poemario, Premio Nacional de la Crítica 1982), Aspaldian espero zaitudalako ez nago sekula bakarrik (1983), Saturno(1987), la novela juvenil Aurten aldatuko da nire bizitza (1991) y Koaderno gorria (1998).
Es aparte de una de las mejores traductoras de euskera, es una de las mas importantes escritoras en su lengua materna.
En su novela Tres Marías, tres amigas de la infancia, que estuvieron siempre juntas, “hasta que las separó primero la guerra y, después, la vida”.
La historia arranca cuando una de ellas, Txuri, la narradora de este relato, se queda viuda. Tiene en ese momento setenta y nueve años. Su marido, Joxe, llevaba mucho tiempo enfermo de Alzheimer. “Tan pronto como confirmé que había muerto, me pareció que ahí estaba el Joxe de siempre. El de siempre, no el de los últimos diez años”, viene a decir Txuri. Y, aunque esas palabras pudieran resultarnos extrañas o ajenas en algún modo, lo cierto es que llegamos a comprender por qué han sido pronunciadas. He aquí uno de los grandes valores de la literatura: hacernos sentir o pensar en algo que no nos es propio. Si bien, tal y como ha señalado la autora es esta novela la más alegre de cuantas ha escrito, las páginas en las que habla de la muerte del marido de Txuri son amargas y lúcidas. En cualquier caso, enseguida aparecerá en escena la segunda María, Gorri, una mujer alegre y enérgica, con una peripecia vital muy distinta a la de Txuri.
Será ese un reencuentro feliz, y las dos amigas de la infancia volverán a unirse en la senectud; tanto que vivirán juntas. Decidirán entonces, hacer lo posible por encontrar a la tercera María, a Handi, aunque las cosas, sucede a menudo, no saldrán tal y como habían planeado.
Pero a través de la inquietud de Gorri y Txuri, que no se encerrarán en si mismas ni en su casa, que conocerán a otras personas y mantendrán un espíritu activo, Urretabizkaia traslada con solvencia una historia posible sobre la vejez, una vejez actualizada y contemporánea. Donde la capacidad de colectivizar la vida la hace mas humana y donde la creación de familias elegidas nos parece que da una solución al tremendo problema que nos acecha con la precariedad, la gerontofobia y la creencia , como decía el hijo de Xchuri de que con lo vieja que eres ya no puedes empezar una nueva vida.
Una cosa nos ha quedado muy clara, para las viejas, no hay que temer la palabra, ésta también es nuestra época y tenemos derecho a un futuro.
Muchas pasamos un momento tierno en el que verbalizamos reconocernos en el grupo para afrontar esta etapa de la vida.